Embarco desde Madrid el Martes por la noche. En el aeropuerto me junto con un grupo de amigos que también viajan a Lanzarote por el mismo motivo, y ya en la puerta de embarque se empieza a respirar el ambiente de triatlón con el que me voy a encontrar en la isla. Durante el vuelo me aborda una sensación rara, una mezcla de nervios, dudas, mucho cansancio e ilusión, es demasiado tarde y llevo todo el día viajando, únicamente necesito llegar al hotel, instalarme y descansar. Seguro que mañana lo veré todo de otra forma.
Miércoles y Jueves aprovecho para meter algún entrenamiento muy suave con el único objetivo de estirar las piernas un poco y reconocer los circuitos, aunque tuve tiempo de sobra en Enero para machacarlos, no está de más un último vistazo antes del Sábado. Los entrenamientos no me quitan más de una o dos horas al día, por lo que el resto del tiempo lo aprovecho para pasarlo con mi hermana Gemma visitando algunos rincones de la isla, o me limito a estar en casa leyendo y descansando.
El jueves decidimos acercarnos a recoger el dorsal y ver un poco el ambiente que se vivía en el epicentro del IM Lanzarote, y como era de esperar, no defraudó!!! Una gran feria del corredor, muchísima gente recogiendo dorsal y pululando por allí, pero lo que resultó más llamativo fue la proyección del video del IM Lanzarote 2012. A partir de ese momento es cuando empecé a tomar conciencia de lo que iba a suceder el sábado, algo se despertó dentro de mi en ese instante.
El viernes por la mañana llegó el resto de la expedición, y pudimos Gemma y yo compartir con ellas el resto del día. Fuimos a comer a uno de nuestros sitios preferidos en la isla y por la tarde nos quedamos paseando por Puerto del Carmen y viviendo el gran ambiente que allí teníamos.
A media tarde yo aproveché para ir a deja la bici en el box y ultimar los preparativos para el día siguiente.
En el box me encontré con el gran Josemi, que ya tenía todo a punto!!!!!
Cuando ya estaba todo finiquitado y únicamente faltaba cenar, mis buenos acompañantes me dejaron elegir el restaurante para la cena y la hora de la misma, así que traté de adelantarla al máximo, aunque he de reconocer que siempre se me hace tarde. Todos estábamos algo nerviosos y es que cenar enfrentado al box, pudiendo ver y oir todo lo que va sucediendo, no te ayuda mucho a desconectar, la verdad. Pero he de decir que la cena estuvo muy bien, a pesar del cuadro que teníamos delante.
Rápido al hotel, besos de despedida y hasta mañana.
Me hundo en mis pensamientos y solo oigo......suerte campeón!!!